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Construir a partir del conflicto

La gran mayoría de las personas tratamos de evitar los conflictos ya que le damos una connotación negativa. Olvidamos que los conflictos son inevitables, es natural que las personas no siempre estemos de acuerdo y que cada una vea la situación desde su propia perspectiva en función de su historia y experiencias.


Disentir no debe implicar un problema sin solución, la llegada a un callejón sin salida. Los conflictos que se caracterizan por la fricción destruyen las relaciones. Esto sucede cuando no nos escuchamos unos a otros, cuando somos agresivos y atacamos los puntos de vista de los demás, cuando tomamos la discusión a nivel personal; cuando hay fricción hay interrupciones constantes, las participaciones son ríspidas y, en muchas ocasiones, agresivas.


En contraposición, cuando los desacuerdos derivan en conflicto, pero se manejan de manera adecuada podemos aprender unos de otros y establecer relaciones más fuertes; creando una atmósfera de tensión productiva que nos ayuda a mejorar los resultados y a generar más ideas.


El conflicto constructivo

Generalmente se caracterizan por ser:

  • Un debate respetuoso de opciones. Las personas se centran en el problema, buscan la mejor solución juntos, no tratan de destruirse unos a otros.

  • Sobre el trabajo. Sobre qué, cómo, cuándo o dónde deben de hacerse las cosas. Cuando un conflicto se vuelve personal las personas se ponen a la defensiva y se aferran a sus posiciones, lo que hace más difícil la escucha y el aprendizaje .

  • Directo. La conversación se da de manera directa entre las partes involucradas, tanto en reuniones de trabajo, como en mensajes escritos o en discusiones informales; no involucra quejas hacia otros, agresiones o sabotajes pasivo-agresivos.

  • Susceptibles de ser resueltos. No significa encontrar la solución perfecta, implica poner sobre la mesa diferentes tipos de vista, discutir las opciones y seguir adelante de manera conjunta.



La resolución de conflictos evita resentimientos y afectaciones en la efectividad, motivación y bienestar del equipo.

En un equipo de trabajo siempre habrá la posibilidad de que se presenten conflictos, es fundamental que identifiques el momento en el que se está presentando y la manera en que se están abordando. Si identificas miembros del equipo que están involucrados en conflictos no sanos y que no pueden resolverlos solos, ayúdales a seguir adelante a través de los siguientes pasos:

Es importante elegir de manera asertiva cómo y cuándo involucrarte. Es importante que no te conviertas en un árbitro siempre presente, los miembros de tu equipo deben aprender a manejar cierta fricción por sí mismos.


Si desarrollamos la capacidad de nuestros colaboradores para resolver sus diferencias, fortaleceremos la resiliencia y podremos crecer y construir a partir de los conflictos.



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